Una Aventura sobre Ruedas
Esta semana estuve libre y me dediqué a hacer un poco de bicicleta de montaña en las quebradas aledañas de Huaraz. Realmente es un ejercicio duro pero gratificante. El poder recorrer senderos y rutas transitadas por muy poca gente citadina y mas bien por sencilla gente de campo que te mira extrañada y te confunde con un gringo. “Hello” te dicen los chibolos.
En esas altitudes solo se escucha a los riachuelos y pájaros, hasta el trigo que se mece en sus campos. Y el estar tan cerca de los nevados, uno entiende cómo los antiguos le llamaban con respeto Apus.
Fueron tres días de pura adrenalina y mucha diversión, con algunos raspones y un “maletazo” cuando un perro me tiró de la bicicleta. Nunca desvíes tu vista del camino, fue una de las lecciones de este tour. Cuando puedan tomen su bus a Huaraz y enrumben con sus “cletas” a las quebradas vía Llupa o vía Marián. Si quieren un guía me pasan la voz.
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