Lo que más recuerdo del Gobierno de Alan
Fue que tuve que dejar la universidad. Claro, si las pensiones se dispararon 10 veces. Así que no me quedó otra que prestarme el carro de mi vieja y hacer taxi. Con casi 19 años y mi buen VW escarabajo mis rutas sólo eran entre San Miguel, Magdalena, San Isidro, todo Javier Prado, a veces al Centro. También me recurseé dando clases de inglés. La simpatiquísima Miss Ulloa se había acordado de su pupilo y me llamó para dictar a 3er grado de primaria, qué linda experiencia y es que los chibolos están llenos de energía y son una cajita de sorpresas, aún recuerdo al gordito Pappafava, que sólo pensaba en comida, a Pablito Eslava, que quería ser cura, bombero y aviador, a la linda Marcelita que siempre se esforzaba.
Me recuerdo que tomábamos leche Enci y tenías que revisar que no esté rancia. No había azúcar y tomábamos edulcorante, nos bañábamos con un balde de agua fría por que no había luz casi todo el día: sí, con un balde a las 6 am: un jarro para mojarse, otro para sacarse el jabón, otro para el champú y otro para despercudirse. Por las noches había apagones, que resultaban una forma de juntar a la familia frente a la radio y una vela. Desde entonces viajaba en la flama azul a la Tierra del Fuego.
Los atentados también eran cosa de todos los días. Se paraban bajando alcaldes y dirigentes apristas. Fumaba cigarrillos Premier y nuestro trago favorito era el ron. Nada como una chata de ron para empilarse antes de un tono. La verdad que el país era bien feo y ahora tengo que votar por Alan porque Humala me cae verga. A pesar que las últimas semanas se le ve recorriendo el país y su esposa también esta demostrando una sensibilidad social “inmensa” (aunque sea para la TV), Alan está súper relajado confiando en los votos de Lourdes, en los votos anti Ollanta, anti nacionalistas, anti Chávez y anti Evo. ¿Habrá madurado en estos veinte años? Cuando fue presidente tenía la edad que tengo ahora, y la verdad que recién me doy cuenta que fue una locura, un experimento.
Me recuerdo que tomábamos leche Enci y tenías que revisar que no esté rancia. No había azúcar y tomábamos edulcorante, nos bañábamos con un balde de agua fría por que no había luz casi todo el día: sí, con un balde a las 6 am: un jarro para mojarse, otro para sacarse el jabón, otro para el champú y otro para despercudirse. Por las noches había apagones, que resultaban una forma de juntar a la familia frente a la radio y una vela. Desde entonces viajaba en la flama azul a la Tierra del Fuego.
Los atentados también eran cosa de todos los días. Se paraban bajando alcaldes y dirigentes apristas. Fumaba cigarrillos Premier y nuestro trago favorito era el ron. Nada como una chata de ron para empilarse antes de un tono. La verdad que el país era bien feo y ahora tengo que votar por Alan porque Humala me cae verga. A pesar que las últimas semanas se le ve recorriendo el país y su esposa también esta demostrando una sensibilidad social “inmensa” (aunque sea para la TV), Alan está súper relajado confiando en los votos de Lourdes, en los votos anti Ollanta, anti nacionalistas, anti Chávez y anti Evo. ¿Habrá madurado en estos veinte años? Cuando fue presidente tenía la edad que tengo ahora, y la verdad que recién me doy cuenta que fue una locura, un experimento.
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