Thursday, September 11, 2008

Cuando sólo queda el Corazón

Aún recuerdo que tenía una libretita cuadriculada, de esas de espiral Justus, en la cual apuntaba minuciosamente cada resultado y estadística de los partidos de España 82. Pero los de Perú tenían un cariz especial. Habíamos empatado con Camerún e Italia pero el perder 5-1 con Polonia fue desastrozo. Por ahí quedó tirada esa libretita y la fe escolar en jugadores como Uribe, Velásquez, La Rosa, Navarro, Barbadillo entre otros.

Tuvieron que pasar 26 años para poder decir este equipo sí pone lo que hay que tener aunque el futuro es incierto y "gitano". Pero sabía, intuía, que aunque faltaran 8 minutos Perú podía anotar, que podía empatar. No de tan soberbia manera. Entonces lo vi al "loco" dominar una bola que parecía fuera, tocarla hacia adelante mientras que Gonzalo Núñez decía que cuando las piernas y el cerebro no dan, siempre queda el corazón ( lo que llamamos raza o "garra").

Miraba el reloj y al puto de Amarilla que ya casi se llevaba el pito a la boca. Decía ahorita lo corta el gordoeste. El tiempo oficial estaba vencido pero creo que quizo saber cómo terminaba la jugada, debió tener algo de morbo, pues Vargas salió despedido por una fuerza descomunal para llevarse a Bataglia de encuentro y ganarle la posición sin hacer foul.

Fano vio su empuje y tuvo la corazonada, que se sentía en todo el estadio, y empezó a picar, levantó la mano. Vargas también levanta la cabeza y le pone un pase preciso con el último aliento de su carrera. La gente de pie cierra los puños y se llena el pecho de aire, algo pasa. La pelota toca la punta del chimpún del cholo Fano y ésta se cuela silenciosamente como un relámpago debajo del arquero Carrizo. Se cuela, no como cuando Julinho la estrella contra Dida en la final de la Libertadores. Entra y besa la red apasionadamente. Entonces el Gol se hizo Hombre. Las bocas desfogaron finalmente "la palabra bendita", el grito ansiado y orgásmico. Las gargantas metrallaron entre compulsiones quebrando decibeles de alegría...

Lloré.