Tuesday, February 05, 2008

Diario de vacaciones ( última parte)

Llegar a Piura por tierra es muy agradable. Hace un rico calor que se puede convertir en un perfecto pretexto para pedir muchas "chelas". Almorzamos en el restaurant Puente Viejo frente al río Piura. Paseamos por el centro de la ciudad y compramos dos vinos. Luego nos fuimos a Colán a la casa de mi pata Rafo que nos invitó unos dias ahí. Muchas gracias amigo!


Lo más llamativo de Colán es el color esmeralda de su mar hermoso, y por las tardes la marea llega a los pies de las casas que están muy cerca de la orilla. Nos dijeron que habían rayas y que tuvieramos cuidado pero no vimos ninguna en esos días. Lo pasamos muy bien comiendo todos los días ceviche mixto y también los los ricos chifles de plátano. Un día paseamos por el puerto de Paita, que está a 10 minutos, y luego nos despedimos para partir a Máncora.

Entre Colán y Máncora queda Sullana. Una ciudad muy simpática y calurosa con muchas palmeras y plantas de banano. Ahí probamos las pipas heladas de coco. Te sirven el jugo en su propia fruta.
Muy agradable, sino hubiera estado manejando le ponía su roncito.


Máncora en realidad son dos máncoras. La del pueblo y la playa para surfear, conocer chicas, pasarla bien con la gentita, tomarse sus chelas y seguir conociendo chicas y haciendo patas. No apta para niños, ni esposas ni mayores de edad. Y Máncora de los hoteles y bungalows que se extienden hasta la playa Vichayito para familias con hijos, canadienses y personas de la tercera edad!

El primer máncora muy recomendable para jóvenes y solteros con espíritu de "bricheros". Para abrir mucho los ojos y estar en una onda high, hippie high, astral, chévere el mar broder! Si eres surfer el paraíso. Por eso se llama El Point.
La segunda Máncora, que fue mi caso, es para estar "tranqui" en la zona de las pocitas, que son unos rocones que hay frente a todo el litoral, a excepción de unos contados hoteles (dos o tres). Se puede realizar relajantes caminatas o montar a caballo.
Si tienes complejo de cangrejo métete a las pocitas y espera que las olas llenen tu "piscinita", esto sí para chibolos de uno o dos años bacán. Pero si tienes alma surfera y corres a pechito "más que sea", entonces te aburrirás como un ostión pues el mar es casi inexpugnable en la Máncora de los hoteles ( a excepción de dos o tres) y tendrás que latear a Vichayito. En fin a mí me cansó mucho caminar de extremo a extremo en busca de mar abierto y con olones que me revolcarán y donde encabuzarme con mi hijo que ya dio sus primeros pinitos. A propósito gracias a mi pata Nick que me invitó a almorzar en su casa en Vichayito, muy hermosa.


Capítulo aparte la comida para todo el norte. En una sola palabra: BUENAZA! Comí ceviche casi todos los días y me fue muy bien. Ahí van unos platitos: Majarisco, Langosta a la plancha con mantequilla y ajo, chicharrón de ostion, jalea de las pocitas, tequeños de cangrejo, pato a la chiclayana, tortilla de raya, calamares rellenos con pasta de mariscos, tequeños de langostinos, apanado de mero, apanado de tollo, ceviche de conchas negras, langostinos y cangrejo del Espada, brutal explosión de sabores!




Bueno, el regreso fue sólo en tres días haciendo paradas en Chiclayo y Huarmey para dormir. Una advertencia a todos los enamorados del norte y de los viajes. Lo más abominable del viaje fue un restaurant en Catacaos llamado Rinconcito Cataquense, carisimo y te servían como preso. Sentí que me habían robado y pateado. No vayan, se los juro , se pelarán horrible!

Último párrafo de lecciones aprendidas de todo el viaje. Lleven su repelente para mosquitos en buena cantidad. No olviden una buena cámara fotográfica. Visiten el Señor de Sipán. Compren kinkones de San Roque en Chiclayo. Reserven bien y pregunten dónde queda el hotel que van a ir. Un buen cojín para el asiento del auto. No dejen de visitar Cabo Blanco y Órganos. Piensen que todo ese calor es sólo mental! Buen viaje!